Una rinoplastia pueda cambiar sustancialmente la vida de las personas que han necesitado someterse a ese tipo de intervención, ya sea con un fin funcional o estético, o inclusive ambos a la vez. El objetivo primordial por tanto debe ser, además de solucionar el problema médico en el caso de que exista, lograr una nueva nariz natural y acorde al resto de rasgos del rostro, buscando un resultado armonioso.
No obstante, es fundamental reseñar que aunque esta cirugía tiene cambios inmediatos, la nariz sufre modificaciones por el proceso de postoperatorio y con el paso del tiempo. Son cambios justificados y propios de esa recuperación. Lo mejor será detallar en este artículo las diferentes fases tras una rinoplastia, que te aportarán tranquilidad a la hora de decidirte por esta intervención quirúrgica.
Te recordamos el proceso previo:
En la consulta inicial el cirujano analizará la patología naso-sinusal, y realizará la exploración física y la tomografía de nariz y senos paranasales, imprescindibles en la mayoría de los casos. Hará un examen fotográfico y ofrecerá al paciente un plan quirúrgico, sin generar falsas expectativas.
La duración es de aproximadamente 2 ó 3 horas dependiendo de la complejidad de la intervención. La rinoplastia se efectúa bajo anestesia general, con lo que el paciente es hospitalizado como mínimo una noche. En determinados casos menos complicados como los que rectifican únicamente punta nasal, sería posible realizar la operación mediante anestesia local y/o sedación.
Antes de este tipo de intervención, infórmate sobre todos los detalles de su postoperatorio
EL POSTOPERATORIO INMEDIATO
(desde la operación hasta la tercera semana)
Desde el principio podremos ver nuestro nuevo perfil, aunque después de la operación, durante las primeras 24 horas, el paciente sentirá molestias leves en la zona y presentará inflamación, hinchazón o cardenales en el rostro, más acusada en la parte frontal. Son efectos para los que el médico especialista facilitará unas pautas postoperatorias y administrará calmantes y antiinflamatorios. Asimismo, durante las primeras 48 horas se recomienda permanecer en reposo para evitar sangrados molestos, ocasionados por los taponamientos nasales y la férula. El paciente deberá adquirir una posición semisentada, ingerir abundante líquido y llevar una dieta saludable.
Desde la perspectiva funcional, la respiración puede empeorar durante los primeros 15 días debido a la inflamación interna sufrida como consecuencia del tratamiento del tabique nasal y/o de los cornetes. La férula y el vendaje nasal permanecerán por espacio de siete a diez días; posteriormente la piel de la nariz deberá protegerse con protectores solares y someterse a masajes si se detectan recaídas de una desviación del dorso nasal.
Es fundamental, en esta etapa inmediata, y especialmente durante los primeros quince días después de la operación, acometer todos los cuidados recomendados de forma exhaustiva, con el fin de evitar complicaciones, y que sirven asimismo para controlar la inflamación inicial y agilizar la curación correcta y definitiva de los tejidos.
Sigue siempre todas las indicaciones médicas en los cuidados tras la operación
EL POSTOPERATORIO A CORTO PLAZO
(De tres semanas a tres meses tras la intervención)
Tras el proceso curativo y de cicatrización, es aproximadamente a partir de esta fecha cuando se aprecia el cambio final en la nariz, puente y punta del paciente. La zona muestra ya la que será su definición final y se va asentando y desinflando. No obstante este tiempo es algo variable pues depende de la persona concreta, del proceso cicatricial y también de la complejidad de los cambios que se hayan realizado en la operación.
Si se trata de una rinoplastia tradicional, no se observarán los resultados definitivos hasta el segundo semestre tras la intervención quirúrgica. Es entonces cuando la nueva punta queda bien definida y los lados y puente de la nariz en modo simétrico respecto al rostro.
Las suturas deben caer por completo antes de los primeros quince días. Si no se hubieran caído es necesario retirarlas para evitar futuros problemas de cicatrización. Del mismo modo, si se detectaran zonas con tendencia a retener la inflamación, se recurre a la utilización de tiras de esparadrapo para guiar las zonas, y en casos más graves, poco frecuentes, a la infiltración de corticoides para garantizar el control.
Las pieles finas y normales habitualmente encauzan la desinflamación y cicatrización entre el tercer y cuarto mes tras la cirugía. Las pieles gruesas presentan mayor tendencia a retener inflamación y el proceso es más lento. Sobre el final del tercer mes, el dorso de la nariz debería haber mejorado en gran medida y la movilidad de la nariz ser más natural.
Funcionalmente, a partir de la segunda/tercera semana la respiración suele haberse normalizado bastante, salvo leves dificultades otras tres o cuatro semanas más. Recomendamos siempre el uso prolongado de suero salino o agua de mar específica de farmacia, a suave presión, para mantener óptima la mucosa interior de la nariz
Prolongar el uso del suero salino
EL POSTOPERATORIO A LARGO PLAZO
(A partir del quinto mes tras la intervención)
Los cambios, desde el quinto/sexto mes se producen más lentamente y esas modificaciones son más sutiles. Respecto al tamaño general de la nariz, ésta sufre pocas alteraciones y la definición de la silueta nasal va adquiriendo el aspecto definitivo.
Se realizan controles periódicos, muy convenientes para la detección de irregularidades que hubieran estado ocultas tras la inflamación. La sensación de acorchamiento en la zona se disipa y, en los casos de rinoplastias abiertas, la cicatriz del área afectada apenas se percibe. En relación a la movilidad interna de la nariz, se habrá regulado con toda certeza.
Puede darse, entre el octavo/noveno mes, una inflamación residual de la nariz que desaparecerá en cuatro o seis meses adicionales. Ocasionalmente, pueden aparecer pequeñas anomalías que requieran ser solucionadas mediante una segunda intervención. Quizás es este momento donde pueda empezar a valorarse si es adecuado un retoque de la rinoplastia, o sea más recomendable esperar otro tiempo prudencial hasta ver el resultado final. El equipo médico siempre analizará factores determinantes como el tamaño de esa anomalía secundaria u otros como el grosor de la piel del paciente. Los defectos más frecuentes suelen ser pequeñas irregularidades en el dorso o la punta originadas por movimientos inadecuados de cartílagos o injertos. Esta clase de arreglo no se traduce en una nueva cirugía de nariz en tanto se tratarían más bien de intervenciones menores con anestesia local y sin un postoperatorio largo.
En resumen, la norma general admite que los cambios tras una rinoplastia concluyen cuando han pasado entre año y año y medio. En personas con circunstancias especiales como es una piel muy gruesa, o en reconstrucciones singularmente complejas, el proceso curativo puede demorarse hasta dos años. Recordar que, a partir de esa finalización de la etapa postoperatoria, una nariz siempre sigue evolucionando por razones del paso del tiempo.
La RINOPLASTIA es una intervención quirúrgica con un largo postoperatorio que exige paciencia por parte del paciente. No os posible ni conveniente acelerar el proceso curativo aunque contamos con recursos mediante los que se puede corregir y coayudar en una cicatrización difícil o desinflamación lenta. Además, este tipo de cirugías son operaciones con un alto grado de satisfacción.
El postoperatorio de una rinoplastia exige paciencia
Queremos hacer mención especial a un tipo de rinoplastia en auge, por tratarse de la técnica actual más innovadora y ventajosa, por varias razones:
- Es mucho menos invasiva.
- Tiene una recuperación rápida.
- Los resultados son más precisos.
Te dejamos un enlace a información más exhaustiva sobre la misma:
https://www.clinicaclever.com/2021/09/02/te-lo-contamos-todo-sobre-la-rinoplastia-ultrasonica/
Además, para más dudas generales sobre la rinoplastia, puedes consultar nuestro blog:
https://www.clinicaclever.com/2018/03/14/rinoplastia-que-debemos-saber-sobre-esta-cirugia/
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