Nuestra piel, responsable de mantener la temperatura e hidratación corporal, es el escudo más importante del cuerpo frente a todo tipo de agresiones externas, estando además, sus capas más superficiales, en primera línea para protegernos ante infecciones, alergias y agentes climáticos. Por tanto es básico cuidar y conservar una barrera cutánea sana.
Pero en esta época del año, en contraposición a los meses de verano donde estamos más concienciados de la necesidad de protección y cuidado, se nos olvida de cómo puede afectar a la dermis el frío o bajas temperaturas, más agresivo aun en combinación con viento, humedad o el uso de la calefacción. ¿Y por qué ocurre? Porque se altera el manto hidrolipídico y por la vasoconstricción. La situación aun se hace más grave en pieles sensibles o muy finas.
¿Y qué zonas quedan más afectadas? El cutis, el pelo y la piel de las manos, por su mayor exposición destacando dentro del rostro mejillas, labios, nariz, orejas o párpados.
Las zonas más afectadas por el frío suelen ser el cutis, las manos y el pelo, por su exposición al exterior
¿QUÉ CONSECUENCIAS Y SÍNTOMAS TIENE EL FRÍO EN NUESTRA PIEL?
Principales efectos del frío sobre la piel:
- Los capilares se contraen y estrechan.
- Baja la irrigación.
- Llega menos oxígeno y nutrientes.
- Aparecen el hormigueo y el picor.
- Se reduce la secreción de glándulas sebáceas, es decir, la producción de grasa.
Síntomas más frecuentes:
- Sequedad.
- Tirantez.
- Arrugas.
- Irritación.
- Descamación.
- Deshidratación.
La sequedad y la descamación suelen aparecer en estos meses
TRATAMIENTOS:
- Cosmética tradicional:
Se aconseja buscar productos que logren fortalecer y reparar la barrera cutánea, con especial atención a las ceramidas por su papel esencial (aunque contamos con ella de manera natural en nuestro cuerpo, el paso de los años y agresiones externas, como es el frío, las debilita y disminuye). Los cosméticos con ceramidas destacan por su capacidad emoliente, reteniendo el agua y evitando la sequedad y arrugas de expresión. También juegan un papel muy importante la vitamina C y el ácido retinoico (productos ricos en sustancias calmantes, vasoconstrictoras y descongestivas), y evitar productos que contengan alcohol o perfume. Un diagnóstico personalizado será fundamental para analizar el tipo de piel del paciente y el cóctel de cremas y textura más adecuadas para mantener los resultados deseados.
Se aconseja buscar productos que logren fortalecer y reparar la barrera cutánea
- Nutricosmética:
A la cosmética de hidratación se le debe apoyar con ayuda interior extra, que puede venir dado gracias a tratamientos vitamínicos específicos, sobre todo aquellos enfocados a la producción de colágeno y elastina.
- Tratamientos despigmentantes intensivos:
La estación del año caracterizada por el frío y la falta de sol es la idónea para tratar un síntoma de la piel dañada: las manchas oscuras. Los peelings químicos son perfectos, tanto en consulta especializada como tratamiento de mantenimiento en casa.
- Mesoterapia facial:
Tratamiento sencillo mediante el cual se aplican microinyecciones en la dermis superficial, sumando un coctel de nutrientes (vitaminas, minerales, aminoácidos y otros medicamentos convencionales), para estimular la regeneración de la piel, hidratar, reafirmar, despigmentar, revitalizar, eliminar arrugas finas, estimular creación de colágeno y elastina, aportar luminosidad, tonificar y corregir incluso el acné y pequeñas imperfecciones. Realizarla en invierno tiene la ventaja de minimizar la posibilidad de infección y reacción alérgica.
- Microdermoabrasión con Punta de Diamante:
Técnica de peeling mecánico que permite realizar exfoliación intensa de la piel. estimulando la vascularización de la misma. Logra esa exfoliación segura y homogénea que rejuvenece y elimina imperfecciones, perfecta por tanto para tratar la dermis áspera y reseca debido a factores ambientales como exceso viento o cambios bruscos de temperatura.
CONSEJOS:
- Protegerse con prendas de algodón
Este tipo de tejidos no irrita tanto la dermis como otras prendas, como puede ser la lana. Especialmente aconsejable el uso de guantes para personas con alta sensibilidad al frío para evitar la perniosis o el fenómeno de Raynaud.
- Hidratar manos y labios dos veces al día
Para las manos: optar por cremas que no contengan aceites minerales y elegir fórmulas con ingredientes naturales. Y nunca lavarlas de forma excesiva.
Para los labios: utilizar un producto fácil y cómodo de llevar y aplicar, como es un bálsamo hidratante (siempre con protección a los rayos ultravioletas).
Opta por cremas que no contengan aceites minerales
- Evitar duchas muy calientes o frecuentes y alejarse de estufas u otras fuentes de calor
Son factores que contribuyen a la sequedad cutánea y la aparición de picor o dermatitis. Se debe optar por duchas con agua tibia. Del mismo modo, se debe huir de cambios bruscos de temperatura (como ocurre con el paso de un ambiente frío externo a un ambiente con calor en interior). Además, son agentes que aumentan la posibilidad de aparición de capilares dilatados (arañas vasculares).
- Rehidratar el rostro siempre que la piel muestre tirantez
Y por la noche, después de la limpieza, hidratar en profundidad, especialmente en pieles secas, con productos con base de aceite y no acuosa. Reforzar además con una mascarilla hidratante dos veces en semana.
- Protegerse del sol de invierno
Los rayos UVB pueden quemar y perjudicar la piel durante todo el año, sobre todo en superficies reflectantes como la nieve o el hielo. La mejor opción es usar un protector solar de alto grado que proteja de manera prolongada tanto de las radiaciones solares como de las digitales, impidiendo así el envejecimiento prematuro de tu piel.
- Cuidar la alimentación
Es necesario cuidar también la piel mediante una dieta apropiada para este propósito, lo que es posible incrementando el consumo de alimentos ricos en antioxidantes, aumentando el consumo de vitamina C, y sumando un nutriente clave para combatir el fotoenvejecimiento: el selenio. Ayuda beber abundante agua, consumir alimentos ricos en fibra y reducir la ingesta de alcohol, café o grasas saturadas. Es conveniente incluir en la alimentación productos con ácido oleico porque estas grasas, conocidas como grasas insaturadas, juegan un papel fundamental a la hora de la regeneración de la dermis (por su efecto antiinflamatorio).
- Consumir probióticos
Estos microorganismos beneficiosos para la salud, presentes en alimentos lácteos, forman parte de una lista de alimentos funcionales. Incrementan la respuesta del sistema inmunológico ante diversos agentes agresores y también ayudan a regular la flora bacteriana.
- Mantén una actitud mental positiva
En los meses invernales es importante cuidar el estado de ánimo, y combatir la tendencia natural en esta época del año a la depresión, sufrimiento, tristeza o estrés, (el llamado “trastorno afectivo estacional”). Ayuda a luchar contra estas emociones negativas mantener la rutina habitual, hacer deporte y disfrutar del ocio en el tiempo libre. Lo aconsejamos porque las defensas pueden verse disminuidas ante estos contratiempos de índole psicológico.
En estos meses es importante cuidar también el estado de ánimo
Cuando el termómetro se acerca los 0ºC la circulación sanguínea de nuestro organismo se ralentiza y no todos los nutrientes llegan con facilidad al tejido cutáneo. Este fenómeno origina un descenso de la hidratación y otros síntomas. Si quieres que tu piel este año quede inmunizada frente a las bajas temperaturas invernales, la clave estará en intensificar los tratamientos en cabina (principalmente aquellos con el objetivo de aportar vitalidad en forma de hidratación, regeneración y oxigenación), paralelamente a adquirir una disciplina de cuidados adecuados que sirvan para proteger y preservar la piel del frío.
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